miércoles, 6 de agosto de 2008

Malory Crew: Love Only Once (II)

Bueno, seguimos con el relato de los amoríos de Regina Ashton y Nicholas Eden. Les habíamos dejado justo después de ese secuestro lleno de malentendidos. Bien, la historia continua.

Consecuencias del secuestro

Aunque ellos dos pensaban que el secreto no iba a salir a la luz, resulta que la perra de Lady Eddington (antigua amante de Nick) se ha chivado, y ahora más o menos todo Londres y parte Hampshire y Cornwall saben lo que ha ocurrido. Bueno, no lo saben, que es lo peor, porque la ignorancia da lugar a una tonelada y media de rumores y expeculaciones. Vamos, que todo cristo cree que Reggie y Nick han rockanroleado la cashbah.

Por parte de la familia de ella, podemos separar el debate en dos frentes: los tíos que quieren matar a Nicholas (Anthony en cabeza, seguido de James) y los que quieren que se case con ella para restaurar su honra (Edward y Jason).

Total, que la parejita queda formalmente comprometida después de que acorralen a Nick en la casa Malory de Grosvenor Square (barrio fino, fino, maja), residencia de Edward. Allí están la abuela y la tía de Nicholas, Ellie y Rebecca, además de Anthony y Edward, para presionar al chaval, hasta que accede a casarse con Reggie a regañadientes.

Por qué él no quiere casarse

Básicamente, porque su madre, Miriam, es una tirana vieja y repugnante que no deja de amenazarle con airear su bastardía, y no quiere exponer a nadie más a la maligna influencia de ella. Hombre, también porque él estaba bastante a gusto desvirgando jovencitas sin tener que dejar la vida de soltero empedernido.

Por qué ella sí quiere casarse

Aparte de porque tiene ya la friolera de ¡¡¡¡19!!!! años (por tanto, socialmente está señalada como una futura dueña de centenares de gatos con litovaginismo), porque él es maravilloso, y según ella (yo todavía no lo tengo claro) se parece un poco a todos sus tíos. Vale, Reggie, tú a tu ritmo.

Sobeteo en el invernadero

Bueno, una vez estos dos están comprometidos, tienen que aparecer juntos en sociedad, para que la gente deje de hacer comentarios insidiosos (más quisieran, porque la gente no se calla ni tragando brea hirviendo). Y acaban yendo a una reunión en casa de los Hamilton (pareja anónima número dos), que tienen un invernadero muuuuy mono, lleno de rincones oscuros y matas de arizónica.

Total, que realizan el Acto. Algunas perlitas literarias de la performance (dentro extracto!!)

"[...] Él la levantó y la llevó a uno de los bancos, se sentó con ella sobre las rodillas.
- No te arrepentirás, amor -murmuró, y su caliente boca (caliente y con aroma a brandy again, porque antes de ir a los jardinas Nick se había tomado un pelotazo) volvió a reclamar la de ella.
¿Arrepentirse? ¿Cómo podía arrepentirse cuando estaba tan excitada y era tan feliz?[...]"

"[...] - ¿No deberías...? Nicholas... tu ropa, Nicholas -logró articular finalmente.
En unos segundos él había desnudado su pecho y los ojos de Reggie se dilataron ante lo que ocultaban las ropas de él. Sabía que el pecho de él era amplio, pero ahora le parecía enorme. Estaba tostado en todo el cuerpo (rayos uva en el Londres de la Regencia, oh yeah), y la mata de vello sobre su pecho era castaño dorado (lo del pelo en el pecho es algo imprescindible en este tipo de novelas, que lo sepáis) [...]"

Bueno, luego Nicholas está bastante distante, porque le fastidia empezar a sentir cosas incontrolables por Regina. Así que, directamente, deja de hablarla y se comporta como un capullete para ver si ella decide romper el compromiso (entre otras cosas, se pone a coquetear con otras guarras en la misma habitación en que está Reggie).

Y, después empiezan los problemas.

Un castigo para Nicholas

Al salir de otra fiestecita (como se nota que esta gente es de la nobleza, no dan palo al agua), secuestran a Nick. ¿Quién es? Pues nada menos que James Malory, el hermano pirata. Se meten de hostias porque por lo visto Nicholas insultó a James hace la tira. Nick se queda hecho un cromo, y el otro no le va a la zaga.
Así es como solucionaban las cosas antes, todo era pacifismo.

Nick, you naughty boy...!

Nada más casarse, ¿con qué muestra de barbarismo nos sorprente Lord Montieth? Pues con el abandono de Reggie en la casa de Silverley, a merced de su malvada madrastra. Luego él se pira a su chalet de Jamaica, a ponerme más moreno (porque, reconozcámoslo, Nicholas es un poco tanoréxico). Sin olvidar que Reggie está embarazada (aquel revolcón en el jardín ha sido más que efectivo), y no se lo quiere decir a Nicholas, porque no quiere atarle a la pata la cama ni tenerle cerca por chantaje emocional.

¡Wo-ho-ho, la botella de ron...!

Bien, y como las parejitas tienden a hacer las mismas cosas, luego le llega el turno a Reggie de ser secuestrada, también por los piratas de su tío James. El equívoco es un poco beaudevillesco, porque resulta que James no sabe que Reggie se ha casado con Nicholas, pero quiere secuestrar a la mujer de Montieth para que él vuelva a Inglaterra, y así matarle o destriparle, o pasarle por la quilla porque después de la última paliza, Nicholas le denunció a las autoridades y estuvieron a punto de colgarle por pirata.
En fin, cuando se entera de que, efectivamente su sobrina es la mujer de Nicholas Eden, las ganas de matar se multiplican. Después llegan Anthony, Jason y Edward, hay reencuentro fraternal, y todos quieren matar a Nick :)
En fin, que los hermanos deciden en consenso que James coja el barco y se vaya a buscar a Nicholas a Jamaica, aunque tenga que traerlo a trozos.

El regreso

Bueno, como Reggie pasaba de la arpía de su suegra, se fue a la casa de Londres de Nick y le dio un lavao de cara, para quitarle el tufo a calavera.
Nicholas, por su parte, se acaba de enterar de que tiene un hijo, Thomas, y lo primero que se le ocurre al pedazo de animal es decir que no es suyo, que ya tenía que ser potra que metiera gol a la primera, y se pone paranoico pensando que, alguna de esas noches en las que él estaba coqueteando con todas delante de Reggie hasta que ella se hartaba y pedia a alguno de sus antiguos pretendientes que la acompañara a casa, ella le puso los cuennos.
Encima, casualidades de la vida, el crío es uno de esos Malory con pelo negro y ojos azules, así que no se puede saber quien es el padre (ni que se fuera a adivinar cuando el niño tiene sólo tres meses...)

De todas maneras, Nicholas al final acepta que el niño es suyo, y ahí empiezan sus estratagemas para volver a enamorar a Reggie. La primera: emborracharla en una taberna, fingirse el dormido y luego arrimarse a ella y sobetearla pretendiendo que está soñando. Que caballero, nuestro Nick. Dentro extracto:

"[...]No había pasado un minuto y él ya estaba roncando. Reggie lanzó una exclamación de fastidio. ¿Cómo era posible dormir con ese tormento? Esperó un minuto más y finalmente le sacudió un hombro.
- Nicholas...
- Ten piedad querida -farfulló él - Una vez, basta por hoy.
- ¿Una vez? ¡Oh! - exclamó ella, sorprendida al comprender lo que él había querido decir. Él creía estar con otra mujer, una mujer que solicitaba de nuevo sus caricias. ¡Que idea! (esto nos lo explica Johanna, no sea que algún mongo no se entere de lo que ocurre. Como somos tontos...)
Se dejó caer nuevamente sobre la almohada. Un momento después él volvió a roncar, pero esta vez ella se limitó a rechinar los dientes. Al cabo de unos minutos, Nicholas giró hacia ella, y una de sus manos se detuvo alarmantemente cerca de sus pechos. Una de las piernas de él se apoyó en el muslo de ella.
Le pasó por la cabeza que el pecho que se apretaba contra su brazo estaba desnuedo, que la pierna que estaba encima de ella también lo estaba que... ¡Santo Dios! Si se movía él iba a despertarse. Y esta intimidad traía de vuelta sentimientos que era mejor olvidar... No era posible dormir así [...]"

"[...] La culpa la tenía el vino. Así debía ser porque ella casi deseaba ser el hombre, que él fuese la mujer, para echarlo boca arriba, montarse sobre él y satisfacer su creciente dolor. Debía correr el riesgo de despertarlo. Debía hacer que ocupara el lado de la cama que le correspondía.
- Nicholas... -susurró - Nicholas, tienes que...
- Eres insistente, querida, ¿verdad? -tendió una mano y se la pasó bajo la nuca, acercando la cara de ella a la suya - Ven entonces, ya que insistes.
Los labios calientes se pegaron a los de ella, suaves al principio, después apasionados. La mano que estaba en la nunca (este error tipográfico no es mío, está en este libro) inició una suave caricia, haciendo que todo el cuerpo de ella se estremeciera.
- Ah, querida -le murmuró él con voz sorda, mientras sus labios le recorrían una mejilla y mordisqueaban el lóbulo de la oreja - Tendrías que insistir mucho más [...]

Luego, con el pedo que llevaba Reggie, no se acuerda de si ha follado con Nicholas o no, pero están los dos super relajados. Claro que, como las cosas en la novela rosa nunca son fáciles, vuelven a pelearse y se quedan como estaban.

Y encima...

Y encima la vieja repugnante, Miriam, decide hacer una fiestecita (de fin de semana, como una mereth) para todas las amantes de Nicholas. Éste, como es un chico de recursos, aprovecha la presencia de las perruzas para demostrarle a Reggie que no significan nada para él (a buenas horas, green sleves). Lo que pasa es que aparece George Fowler, uno de los antiguos pretendientes de Regina, principal sospechoso en los tiempos en que Nick creía que Thomas no era hijo suyo. Nicholas se pone celosón, y vuelve a pelearse con Regina. ¿Qué intentará entonces?

"[...] La puerta se abrió de golpe con un ruido resonante. Reggie, sentada ante el tocador, se dio la vuelta, todavía con el cepillo para el pelo en la mano.
- ¿Cómo? Todavía no están hechos los bahúles? - preguntó Nicholas en tono ronco.
Reggie dejó lentamente el cepillo.
- Estás borracho, Nicholas. (sorpresa sorpresa)
- No del todo, amor. Lo suficiente como para darme cuenta de que, sin motivo, me he estado dando de cabeza contra la pared.
- Hablas confusamente.
Él cerró la puerta y se apoyó contra ella, clavando en Reggie sus ojos ambarinos.
- Ten en cuenta una cosa: la casa es mía. El cuarto es mío. La mujer es mía. No necesito permiso para llevarla a la cama.
- Yo...
- No discutas, amor -argumentó él (pedazo de argumentación)
Ella le previno, con tono helado:
- Es mejor que te vayas antes de que...
- ...¿que grites, amor? ¿Para que los criados y las visitas vengan corriendo? No se atreverían a entrar, ¿sabes? Y tú sufrirás mañana una muy aguda vergüenza.
El muy bruto le sonreía.
- No te saldrás con la tuya, Nicholas Eden.
- Me saldré con la mía - corrigió él amablemente - Y no te pongas histérica.
Ella guardó silencio y él lo interpretó como una seña de abastecimiento.
- Me alegro de que seas razonable, amor. Vamos, ¿por qué no te quitas esa bonita prenda que llevas?
- ¿Por qué no te vas a la...?
-¡Señora! -parecía molesto - Si no podéis ser cortés...
- Nicholas -gritó Reggie, desilucionada - No estoy de humor para estas tonterías.
- Bueno, si te apresuras te lo agradeceré.
Avanzó hacia ella, y ella corrió al otro lado de la gran cama, poniéndola entre ambos. Él avanzaba, daba ya vueltas a la cama.
- No te acerques más -su voz se alzaba a cada palabra.
Pero él siguió avanzando. Reggie saltó sobre la cama y rodó sobre ella. Miró y le vio sonreír. La caza lo divertía [...]
Su boca devoraba la boca de ella, sin dejarla respirar, mucho menos insultarle. Los dedos de ella, que le agarraban del pelo, no lograban retirarle la cabeza, ni sus movimientos le hacían perder el equilibrio. Ella le mordió el labio, y él retrocedió, sonriendo.
- No debes hacer eso, amor. ¿Cómo quieres que te bese como es debido si me arrancas un pedazo de labio? - ella le dio un fuerte tirón de pelo y gruñó - Debí volver a emborracharte. Eres más agradable cuando estás ebria (ya sabemos que esa es tu solución para todo, Nick) [...]
Él volvió a mirarla, con ojos ardientes.
- Amor -dijo con voz ronca (la voz ronca es extremadamente importante. Se supone que hace que las bragas de toda fémina estallen en combustión espontánea) - , ámame. Ámame como me has amado antes -murmuró, apasionado, y las defensas de ella se desmoronaron. Súbitamente empezó también a besarle, con toda la pasión que poseía. No estaba hecha de piedra. Era carne y sangre, y su sangre era ahora fuego. [...]"

En fin, luego se soluciona el tema de la bastardía de Nicholas (en realidad es hijo de quien creía su tía, Ellie) y viven felices para siempre. Fin.

LA AUTORA ESTÁ EXHAUSTA. DE SUS DEDOS TEMBLOROSOS, SIN HUELLAS DACTILARES DE TANTO TECLEAR, EXTRAJIMOS UNA NOTA. EN ELLA PONÍA "NUNCA MÁS"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ouh yeah! Esta vez sí que te ha quedado bordado ;-)

Leer estas historias con tus comentarios incluidos me hace verlas bajo otra dimensión completamente distinta, mucho más divertida, claro está. Ese pecho moreno de rayos UVA, ese chalet en Jamaica, ese "lavao de cara" que le hace Reggie a la casa de Nicholas, ja, ja, ja. Pero es que lo piensas, y es cierto, ¿cuándo se ha visto que un inglesito en plena Regencia -cuando todavía no se desnudaban en los parques a tomar el sol- tenga un cuerpazo moreno como el de Nicholas? En todo caso la cara, de montar a caballo, porque los calaveras de aquella época no creo que hicieran mucha vida al aire libre. Con lo cual, tendría la cara morena pero no el resto del cuerpo, y entonces no sé qué es peor.

En fin, Mo, gracias por este buen rato que me has hecho pasar. Un besazo, Ana

flordesombra dijo...

JAJAJAJAJA, ¿votos a favor de que Nicholas tenga moreno de albañil?