Caminaba por calles grises, sintiendo que tenía que correr. ¿Para llegar a alguna parte? ¿Para huír de algo o alguien? Aceleraba el paso de vez en cuando, sin poder correr, tan sólo alcanzando ese trote pesado y agobiante propio de los sueños.
Estoy segura de que mis pies se agitaban bajo las mantas mientras dormía.
Había flores en el sueño. Flores pequeñas y amarillas que me recordaron a mi infancia. Y juncos altos, zimbreándose en los bordes de una charca verde esperanza.
Cogí flores, pero sólo quedó en mis manos el residuo maloliente y amarillo de sus pétalos, mezclados con mi sudor. Caminé al lado de un desconocido, y siguiéndole llegué de nuevo a la ciudad.
Hacía frío. No podía dejar de decirlo en voz alta. Frío. Frío. Frío. F-R-I-O.
El desconocido se convirtió en mi difunta bisabuela. Había aviones en el cielo, aviones antiguos, como de la segunda guerra mundial, Spitfires y demás. Tenía que irme. No sólo yo, sino todos los míos.
El desconocido se convirtió en mi difunta bisabuela. Había aviones en el cielo, aviones antiguos, como de la segunda guerra mundial, Spitfires y demás. Tenía que irme. No sólo yo, sino todos los míos.
Pero mi bisabuela no quería ir. No tenía nada que hacer, se quedaría donde estaba. Un pena honda y espesa llenó mi cuerpo como si fuera una vasija vacía. ¿Cómo íbamos a dejarla atrás? De pronto, mi bisabuela se había transformado en mi padre, y la tristeza se hizo infinita.Nunca más volvería a sentirme contenta.
Empecé a llorar, abrazándole, mirando nuestras sombras proyectándose en una pared de ladrillo claro. Mi palestina aleteaba, atrapada en una ráfaga de viento.
Y el llanto no cesaba. Me estremecía completamente, me desgarraba. Acabé despertando, todavía llorando en seco, hasta que el recuerdo del sueño provocó un torrente de lágrimas.
No importaba que ya estuviera a salvo. De momento, no importaba.
5 comentarios:
mira que majo crescenet, eh!
yo te escribo sin relación a tu post :(, como funcionas como mi vaciado de estomago, o lo que es lo mismo, mi vaciado de cerebro, pues me has malacostumbrado.
son las 2 de la mañana, estoy con el puto trabajo para mañana, y solo veo unos pantalones rojos en mi cabeza. como la niña del abrigo rojo en "La Lista de Schindler"...
atentamente:
Fernández Soler
Salud Monika!!
Mira, después de tanto tiempo insistiendome para que comentara en tu blog lo has conseguido. Me ha dado por mirarlo mientras maldecía a Bolivar, Fernando VII y todo el XIX español y me he encontrado con un relato curioso y entretenido,a demás de perfectamente compuesto (como siempre lo son, ya sabes que seguía tus escritos en el espacio aunque muchas veces no los comentara) que además habla de.... la II Guerra Mundial como no!! sigo teniendo la extraña cualidad de toparme con cosas de historia quiera o no jajajaja.
Pues eso Moni, enhorabuena por el blog y a ver si cojo la costumbre de pasarme más a menudo,tanto por el blog como por el barrio, que parezco un desaparecido en combate (menudo añito llevo jajajaja). Espero que todo vaya de maravilla, muchos besos:
Diego
PD: Apostaria a que la foto son de Messermicht Me-109 (lo siento deformación profesional, desde que hice el trabajo de aviación en la Guerra Civil Española no soy el mismo.... jajaja)
Humildemente he de reconocer que me ha emocionado la historia. Así que por mi parte enhorabuena.
Venga... te dejaré un comentario. Muy bonito tu último relato, sobre todo en el punto en el que se declaran amor eterno, ahí se me han empañado los ojos.
Venga, ahora en serio. Que está muy bien, sueñas muy bien. Felicidades a tu subconsciente que es el que tiene la culpa de estas palabras. Se me ha ocurrido que si tuviera que ponerle música, le pondría algo así:
http://www.youtube.com/watch?v=157FG8sDMW8
("Pierrot Lunaire" de Arnold Schoneberg)
Esta obra, con la que tanto nos reímos en clase de "música" (¿recuerdas?), ahora se ha convertido en una obra de culto para mi, como son las cosas...
El otro día lo vi en directo en un concerto y me acordé un montón de ti.
Saluditos ;-)
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