"-He luchado en vano. Ya no quiero hacerlo. Me resulta imposible contener mis sentimientos. Permítame usted que le manifieste cuán ardientemente la admiro y la amo".
Orgullo y Prejuicio, Jane Austen (1813)
Con estas palabras se declara Fitzwilliam Darcy a Elizabeth Bennet en mi obra favorita de Jane Austen. Es un cúmulo de frases comedidas, pero increíblemente románticas (sobre todo considerando la lucha interna que Mr. Darcy ha mantendido consigo mismo durante meses, sus reparos, su orgullo y todo lo demás que tanto nos gusta y apasiona).
Vale, ahora vamos a hacer un juego. Vamos a trasladar estas frases a un contexto de novela rosa. ¿Qué pretendemos hacer con esto? Demostrar que:
1. Las novelas rosas son muy entretenidas, pero se escriben como churros.
2. Nothing is sacred.
Comencemos:
-Ingrediente número uno: descripciones arbitrarias y exaltación de los rasgos más llamativos, hasta que la imaginación transforme al personaje original en una ilustración de novela rosa.
"Elizabet comprobó, disgustada, que se trataba del mismísimo Mr. Darcy. Admiró su porte, su cuerpo bien formado, su pecho amplio y los fuertes brazos que tan bien ceñía la chaqueta de paño azul. El tejido hacía juego con sus ojos, resaltándolos y haciendo que brillaran en la débil luz que iluminaba la salita de estar. Había algo desconocido en esa mirada. Un fuego azul que ella empezó a temer... y a desear"
-Ingrediente número dos: tensión sexual, nivel 1.
"Él se sentó unos instantes, para luego levantarse y caminar por la estancia, agitado. Finalmente, se aproximó a ella, sujetando gentilmente sus hombros, clavando esa mirada torturada en los ojos oscuros que le contemplaban, confusos. Se detuvo un segundo en la contemplación de los voluptuosos labios femeninos, que permanecían entreabiertos, en un gesto de expectación"
-Ingrediente número tres: tensión sexual, nivel 2.
"Elizabeth comenzaba a sentirse temerosa. Reconocía instintivamente la pasión que emanaba Mr. Darcy, pero no quería aceptarlo. Su cuerpo empezó a responder a la sutil caricia del firme cuerpo masculino que la sostenía. Brotó de su garganta un jadeo entrecortado cuando él se apretó más contra ella, dejando que el calor que le abrasaba la invadiese también. Sus rostros estaban a meros centímetros el uno del otro"
-Ingrediente número cuatro: diálogo trastocado.
"-He luchado en vano -dijo él, apoyando su frente en la de ella, cerrando los ojos con expresión torturada - Ya no quiero hacerlo - volvió a abrirlos, fijando en ella una mirada que la atravesó - Me resulta imposible contener mis sentimientos. Permítame usted que le manifieste cuán ardientemente la admiro y amo"
-Ingrediente número cinco: la "demostración", esto es, una escena de sexo ardiente sobre el pianoforte (escena que no voy a escribir, porque no estoy tratando de hacer un fic. No hoy, al menos).
En fin, esta ha sido mi demostración. ¡Toda novela es profanable! Si tenéis alguna solicitud, por favor, comunicádmelo.