Estoy triste.
Unos días te levantas y el mundo pesa más que de costumbre sobre tus hombros. La luz no ilumina de la misma forma, y todo es tan difícil que podrías gritar ante la perspectiva de tener que abrir una puerta o cerrar una ventana.
Joder, te molesta hasta el aire que roza tus mejillas, hasta el que inhalas para mantenerte vivo.
Hace mucho tiempo escribí un poema. Toda mi poesía suele versar sobre lo miserable que es el mundo, porque sólo en estos momentos de pena brota mi ingenio poético. Uno de los versos de este poema era "puedo llenar un mar con mis lágrimas grises". Me equivocaba. Es el mar gris el que te llena, desbordándose por tus ojos, nariz y boca, llenándotelos de agua salada.
Ahora mismo me siento tan llena de ese agua sucia... Cuando más resisto las ganas de desbordarme, más se congela ese agua. Terminará estallando, como cuando metes una botella de cristal demasiado llena en el congelador.
Y mis pedazos de cristal se esparcirán, dolientes. ¿Podré entonces ser yo misma?
2 comentarios:
Joder, qué emo. Lo que tienes que hacer es calarte bien las orejeras para que el aire frío no te roce las mejillas.
Es broma. Si es un ejercicio literario, está bien escrito. Si es una realidad literarizada, bien vertida.
Abrasucos.
gracias, gracias (reverencia) Es un poco de las dos cosas. En realidad no estaba tan depre, pero aproveché un par de ideas que tuve un día de spm.
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